Pescadores artesanales de Maullín obtienen certificación Fair Trade para comercializar locos

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Se trata de la primera pesquería en todo el Hemisferio Sur en certificarse bajo el prestigioso sello Fair Trade USA. Trabajo realizado por Fundación Chinquihue y financiamiento de Corfo fueron clave para este importante logro.

Sí, ya es un hecho. La pesquería del loco (Concholepas concholepas) es la primera en lograr certificarse bajo el prestigioso sello de sustentabilidad Fair Trade USA en todo el Hemisferio Sur. Los beneficiarios son dos organizaciones de pescadores artesanales de la comuna de Maullín, comuna costera del sur de Chile que data de, al menos, principios del siglo XVII. Entre sus principales actividades pesqueras se encuentran la extracción de locos y algas.

“Fundación Chinquihue es actualmente el titular del certificado Fair Trade USA”, explica Óscar Leibbrandt, gerente general (s) de dicha entidad dedicada al apoyo a la pesca artesanal en Chile. “Esto quiere decir que es la institución la que debe velar por que el estándar Fair Trade USA se cumpla a cabalidad”, aduce. Dicho certificado es válido hasta noviembre del año 2022, con la posibilidad de renovarse por 3 años más.

Este certificado cubre los locos que son descargados en las caletas pesqueras de Maullín y Carelmapu, las que entre ambas agrupan al sindicato “Río Maullín”  y la “Cooperativa de Pescadores de Carelmapu”. Estos productos son obtenidos desde las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB) que ambas organizaciones trabajan.

Pablo Granados, Coordinador de Pesquerías y Acuacultura de América Latina para el Programa de Pescados y Mariscos de Fair Trade USA, asegura que hay varias implicancias y beneficios para los pescadores artesanales favorecidos. “Lo primero es que se les reconoce a nivel mundial por su producción de locos bajo los estándares de Fair Trade USA, que son bastante rigurosos y que mucha gente alrededor del mundo conoce”, explica.

Pero también habrá beneficios económicos. “El loco se les va a pagar con un precio más alto”, aduce Granados. Además, esta certificación otorga a los pescadores artesanales una prima de Comercio Justo, cuyos fondos van a poder ser utilizados en proyectos ambientales y sociales que van a beneficiar tanto a ellos mismos como a las comunidades en que habitan.

Como si fuera poco, esta certificación también les permitirá acceder a otros mercados. “Van a alcanzar nichos de mercado fuera de Chile, como por ejemplo los Estados Unidos y México”, explica el representante de Fair Trade USA.

Granados destacó este logro y a los actores que hicieron posible la obtención de esta certificación, “que son los pescadores y buzos recolectores de Maullín y Carelmapu junto a la gerencia de la Fundación Chinquihue, y el acuerdo comercial que lograron con la empresa Geomar S.A., quienes actúan como brand holder o usuarios del sello. Ellos son los que realmente trabajaron duro para cumplir con todos los requisitos de la norma (…). También estamos orgullosos de que sea la primera pesquería del Hemisferio Sur en obtener dicha certificación”.

Sergio Hueico es el presidente del sindicato “Río Maullín”, el que agrupa a 44 pescadores artesanales. Su fundación data de 1991, fecha desde que estuvo inactivo hasta el año 2000, cuando la organización retoma sus actividades sindicales. Hueico asegura que tienen una serie de ideas para materializar con los fondos que obtendrán gracias a esta certificación. “Todo depende de los retornos”, dice. “Actualmente tenemos 3 ideas principales. Nuestra idea es poder colaborar con la comunidad y nuestras organizaciones, que podamos beneficiarnos todos. Así lo tenemos entendido nosotros”, explica. Del trabajo realizado por Fundación Chinquihue asegura que “han hecho un gran esfuerzo para esto (…). Yo lo reconozco como un buen trabajo”.

La otra organización beneficiada es la “Cooperativa de Pescadores de Carelmapu”. Presidida por Benito Gómez, dicha organización existe desde el año 1960 y actualmente agrupa a 76 pescadores artesanales. Sobre la posibilidad de poder exportar a México y Estados Unidos, el propio Gómez reconoce que “es lo ideal para la pesca artesanal”. El dirigente aseguró que los fondos extra podrían ser invertidos “dentro de la misma cooperativa para equipar a los mismos socios con botas o trajes de agua”. Otro tema de su interés va por el reciclaje, pero siempre pensando en la comunidad local. Sobre el trabajo de Fundación Chinquihue, el dirigente artesanal considera que fue “esencial en este tema”.

“Estamos muy contentos con este logro”, asegura el gerente de Fundación Chinquihue. “La verdad es que hemos venido trabajando durante los últimos 2 años en la obtención de esta certificación, la que finalmente fue conseguida gracias al trabajo mancomunado entre los pescadores artesanales de Maullín y Carelmapu, y Fundación Chinquihue. Con este logro estamos cumpliendo a cabalidad con nuestra razón de existir como institución, que no es otra que fomentar el desarrollo de la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala, mejorando así las condiciones de trabajo y situación socioeconómica de los pescadores artesanales”, concluyó Leibbrandt.

Organizaciones beneficiadas

 En este caso, la certificación Fair Trade USA cubre flotas de pequeña y mediana escala. También se certifican los lugares de desembarque y las plantas procesadoras antes de la exportación. Como cualquier certificación, se encuentra sujeta al cumplimiento con una norma que se verifica anualmente durante auditorías presenciales. La norma también establece requisitos de trazabilidad del producto desde la captura hasta el consumidor final, lo que se conoce como cadena de custodia.

Fair Trade USA o Comercio Justo es un modelo de negocio en el que los consumidores reconocen el esfuerzo de los productores, en este caso pescadores y las empresas asociadas, para mejorar los ingresos y las condiciones de vida, y el medioambiente de los productores, pescadores, sus familias y sus comunidades.

En Latinoamérica actualmente solo existen tres pesquerías certificadas bajo los estándares Fair Trade USA. Se trata de la pesquería de camarón en México, loco en Chile y escama en Baja California, México.