En el mundo entero, los bares de vino se están volviendo cada vez más populares. Estas propuestas han surgido como centros especializados en la bebida para amateurs, aficionados y conocedores, ofreciendo una carta con un catálogo muy diverso. Sin embargo, el favorito después de la pandemia es el vino tinto.
Una investigación, realizada por miembros del Instituto Universitario de Lisboa, Portugal, encontró que “beber vino tinto en un ambiente occidental contemporáneo y diseñado para incrementar el placer de la experiencia podría generar cambios en la conciencia comúnmente asociados con estados del tipo místico. Además, afirman que no sólo es placentero para las personas beber en esos lugares, sino que puede provocar estados mentales especiales.
Fuente de felicidad
Para nadie es un secreto que el estado de ánimo de una persona puede cambiar con el consumo de alcohol, incluso, puede cambiar el estado mental de cualquier persona. Por eso, ese estudio del Instituto Universitario de Lisboa tomó muestras enfocándose en una dosis moderada de vino tinto en 102 participantes que bebieron en diferentes entornos (solos, en pareja o en grupo), y descubrieron que en los bares de vino, el vino tinto incrementó los niveles del places y el entusiasmo; además, confirmaron que las personas disminuyeron la percepción del tiempo, el paso subjetivo del tiempo e incrementaron el foco de atención al momento presente.
Por ejemplo, una persona puede enfocarse en los olores de los vinos, en observar el espacio, o sólo en su bebida, siendo un espacio que se aleja del mundo exterior en diversos sentidos. Y puede suceder sin importar si la persona está sola, en grupo o acompañada de otra persona.
Por otra parte, el estudio señaló que el vino tinto incrementó la originalidad de los pensamientos, incrementó las sensaciones de unidad con el entorno, los sentimientos espirituales, y experimentó amor y paz profunda. Además, estos resultados no difirieron tampoco del género. La única diferencia que se encontró es que las personas mayores presentaron un mayor incremento en el placer, mientras que los jóvenes mostraron mayor fascinación con el entorno del bar de vinos. Todos los participantes respondieron cuestionarios después de asistir a un bar de vinos, y de beber sólo dos copas de vino, las cuales fueron elegidas por el sommelier del bar, con base en su conocimiento.
Los bares de vino suelen ser lugares con una atmósfera íntima y cómoda en la cual los clientes acostumbran a hablar en voz baja, con sólo algunos ligeros sonidos de copas chocando, además de que se ofrecen tapas, entradas y algunos pasabocas que pueden ser delicias gastronómicas para acompañar la bebida.
El estudio concluye que el vino consumido de forma moderada en un lugar cómodo, induce a estados psicológicos caracterizados por la felicidad, el enfoque en el presente, diferenciación entre el ser y el entorno y otros estados del ser humano que lo conducen al bienestar. Con este estudio, no es extraño ver que cada vez hay más bares de vinos y opciones muy cómodas para disfrutar una copa y olvidarse del mundo.
Tipos de vino:
Carménère: Así como Argentina es conocida por dar el mejor malbec, según muchos expertos, los mejores vinos carménère son creados en tierras chilenas. Los vinos hechos de esta cepa son fáciles de beber y bastante frutales, su nivel de acidez es bajo y se pueden acompañar con pastas o pescado.
Merlot: La merlot es lo que podríamos llamar una cepa intermedia, aunque sigue siendo frutal y fresca puede ser nuestro transporte hacia cepas para paladares un poco más avanzados; nuestra opción ideal antes de dar ese pequeño paso hacia el malbec por ejemplo. Sus características hacen que sea nuestra amiga en la mesa para un sin número de platos, con ella podemos maridar desde un estofado hasta un postre de chocolate.
Malbec: Con el malbec se le da la bienvenida a sensaciones un poco más ácidas y secas. Su sabor a frutos rojos; un poco más maduros y toques ahumados se pueden disfrutar aún después de terminar la copa. Sus características hacen de esta cepa una de las mejores para combinar con carnes rojas y su experiencia en boca es única.
Syrah: Son vinos de buena acidez que se asemejan al sabor del chocolate oscuro y sus aromas a frutos rojos. Cuando se sirve una copa de esta deliciosa cepa no hay que olvidar poner un plato de cordero o unas pastas a la boloñesa para que el momento sea aún más placentero.
Cabernet Sauvignon: Los vinos hechos de cabernet sauvignon dan una mayor sensación de sequedad en la boca en comparación con un merlot.. Desde el primer trago se pueden sentir los sabores herbales y aromas intensos. Esta cepa es la mejor amiga de platos fuertes como por ejemplo una carne roja.
Fuente: semana.com