Existe gran variedad de vinos chilenos, desde cotidianos y muy económicos, hasta vinos finos e incluso verdaderos íconos de reputación internacional.
De norte a sur el país tiene una gran variedad de climas, pero en el centro y en las más tradicionales regiones del vino, el clima es principalmente mediterráneo templado. Las lluvias se concentran en invierno y primavera, con una larga época de sequía que se prolonga hasta el otoño. La fuerte influencia ejercida por la fría corriente marítima de Humboldt y las frías brisas que descienden desde las montañas, crean una gran diferencia de temperatura entre el día y la noche, lo que es especialmente adecuado para la producción de uvas sanas.
Este mosaico de climas y “terroirs”, combinados con un sector vitivinícola con pocas restricciones para el cultivo y producción de vinos, explica el éxito de los vinos chilenos alrededor del mundo.
Los viñedos en Chile más reconocidos se concentran en la zona centro del país: Valle de Limarí, Maipo, Maule, Curicó, Rapel, Aconcagua, Colchagua y la más reciente Casablanca para vinos blancos. Se cultivan principalmente variedades de uvas francesas, refinando los ensambles y las técnicas de maduración con muy buenos resultados.
Cada vez son más los turistas que se interesan en conocer acerca del patrimonio vitivinícola chileno, su historia y procesos productivos, por lo mismo, se ha ido especializando la oferta turística en torno a esta temática.
Fuente: catadelvino.com